Viviendo sin insulina: la diabetes tipo 1

La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque es una condición común (entre 0,8 y 4,6/1.000 habitantes en todo el mundo), su comprensión y manejo adecuados son cruciales para garantizar una buena calidad de vida. En esta entrada, exploraremos en detalle la diabetes tipo 1, sus causas, síntomas y las opciones de tratamiento disponibles.


El origen de la diabetes tipo 1

La diabetes tipo1 es una afección autoinmune en la que el sistema inmunológico del cuerpo ataca y destruye las células beta del páncreas. Estas células son las responsables de producir insulina, una hormona esencial para regular los niveles de azúcar en sangre. Sin insulina, el cuerpo no puede utilizar la glucosa de manera efectiva, lo que conduce a niveles elevados de azúcar en sangre, una condición conocida como hiperglucemia. Las personas con diabetes tipo 1 necesitan tomar insulina todos los días para poder seguir vivos.

Esta forma de diabetes tiende a debutar, es decir, a presentarse en niños y adultos jóvenes, aunque puede surgir a cualquier edad. Los expertos creen que la diabetes tipo 1 es una interacción compleja entre factores genéticos y ambientales. La predisposición genética significa que tener un padre/madre o hermano con diabetes tipo 1 aumenta la probabilidad de desarrollarla. Se ha observado que ciertos virus también pueden desencadenar la enfermedad en personas predispuestas genéticamente. Los investigadores están llevando a cabo estudios en busca de las causas precisas de la diabetes tipo 1, y proyectos como el "Type 1 diabetes TrialNet" están contribuyendo a esta investigación.


Síntomas 

Los síntomas de la diabetes tipo 1 generalmente suceden rápidamente, en pocos días o semanas y pueden incluir:

  • Aumento de la sed y necesidad de orinar con frecuencia
  • Aumento del apetito
  • Visión borrosa
  • Fatiga o cansancio constante
  • Pérdida de peso inexplicable

Los síntomas se pueden explicar desde el punto de vista fisiológico por la falta de insulina, que impide que las células absorban la glucosa, lo que lleva a la eliminación de azúcar a través de la orina. Esto provoca sed constante y la necesidad de orinar con frecuencia. Además, la fatiga se da cuando hay falta de glucosa en las células y el cuerpo no puede obtener la energía necesaria, lo que provoca una sensación constante de cansancio. A pesar de comer más, las personas con diabetes tipo 1 a menudo experimentan una pérdida de peso inexplicada debido a la incapacidad del cuerpo para usar los nutrientes de manera eficiente, especialmente la glucosa aunque otras vías metabólicas también se ven alteradas. A pesar de tener niveles elevados de azúcar en sangre, las células del cuerpo están hambrientas debido a la falta de glucosa en su interior. Esto provoca que el cerebro detecte la necesidad de energía en las células y mande señales que causan una sensación constante de hambre. Los desequilibrios en los niveles de azúcar en sangre pueden afectar al estado de ánimo, causando irritabilidad y cambios emocionales.

A veces los primeros síntomas de la diabetes tipo 1 son signos de un problema médico grave y peligroso, potencialmente mortal llamado cetoacidosis diabética. Esta complicación grave se caracteriza por síntomas como aliento con olor fuerte y afrutado, piel seca o enrojecida, náuseas, vómitos, dolor abdominal, dificultad para respirar, y problemas de concentración o confusión. La cetoacidosis diabética requiere atención médica urgente para la rehidratación, reposición de electrolitos y la administración de insulina.


Diagnóstico y tratamiento

Por lo general, los profesionales de la salud están atentos para ver si una persona tiene diabetes tipo 1 cuando presenta síntomas de diabetes. Utilizan con mayor frecuencia la prueba de glucosa plasmática aleatoria para diagnosticar la diabetes tipo 1, que mide la concentración de glucosa en la sangre en un momento y sin necesidad de estar en ayunas. Algunas veces, también se usa el análisis de sangre A1C (también conocida como prueba de hemoglobina A1C, HbA1C, hemoglobina glicada y hemoglobina glicosilada) para averiguar cuánto tiempo se ha tenido un nivel alto de glucosa en la sangre. Para esta prueba tampoco es necesario estar en ayunas, puesto que se mide en las células de la sangre la memoria a largo plazo de nuestro contenido de azúcar en sangre. Aunque estas pruebas pueden confirmar que tiene diabetes, no pueden identificar de qué tipo de diabetes se trata. Para saber si tiene diabetes tipo 1, el médico puede hacerle un análisis de sangre para ver si tiene ciertos autoanticuerpos, que son aquellos son anticuerpos que atacan a las células y tejidos sanos del propio paciente por error. La presencia de ciertos tipos de autoanticuerpos es común en la diabetes tipo 1, pero no en la diabetes tipo 2. Ya que la diabetes tipo 1 puede ser hereditaria, su médico tal vez les haga la prueba de autoanticuerpos a sus familiares. Por ejemplo la red internacional de investigación “Type 1 diabetes TrialNet” ofrece pruebas de autoanticuerpos a familiares de personas diagnosticadas con la diabetes tipo 1. La presencia de autoanticuerpos, incluso sin síntomas de diabetes, significa que el familiar tiene más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 1.

El manejo de la diabetes tipo 1 requiere un enfoque integral. El principal tratamiento para la diabetes tipo 1 es la administración de insulina, dado que el cuerpo ya no la produce de manera natural. Existen diferentes tipos de insulina, que comienzan a actuar a una velocidad diferente y los efectos de cada una duran un tiempo diferente, por lo que la elección depende de las necesidades individuales. Es habitual que una persona con diabetes tipo 1 necesite más de un tipo de insulina. Pueden optar por administrar insulina mediante inyecciones de jeringa, dispositivos tipo bolígrafo o bombas de insulina de liberación continua. El objetivo es ajustar la dosis de insulina y su duración para mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de la normalidad, teniendo en cuenta la ingesta de alimentos, la actividad física y otros factores que pueden modificar el suministro y utilización de glucosa en las células. En algunos casos, se pueden necesitar medicamentos adicionales para ayudar a controlar los niveles de glucosa en sangre como la pramlintida y la metformina. Además del tratamiento farmacológico, en el control de la diabetes tipo 1 es fundamental seguir un determinado estilo de vida con un plan de alimentación adecuado y actividad física, y vigilar regularmente los niveles de glucosa en sangre. La colaboración con un equipo de atención médica es esencial para establecer un plan de cuidados personalizado. Durante el embarazo, las mujeres con diabetes tipo 1 necesitan un seguimiento especial para mantener controlados los niveles de glucosa en sangre y las posibles complicaciones.


El Impacto en la vida diaria

La diabetes tipo 1 es una condición que requiere un manejo y atención constantes. Es importante educarse y trabajar en estrecha colaboración con profesionales de la salud para garantizar un buen manejo de la enfermedad. Aunque los pacientes con diabetes tipo 1 tienen que aprender de nutrición y medicina, y el control de la glucosa es un reto constante, con el tratamiento adecuado pueden llevar una vida plena y activa. No podemos explorar la diabetes tipo 1 sin considerar su impacto emocional. Para aquellos que viven con esta enfermedad, la gestión diaria puede ser desafiante, y el apoyo emocional juega un papel crucial en la calidad de vida. Además, es importante construir una red de apoyo sólida, especialmente en los pacientes que debutan a edades más tempranas.

 

Consecuencias de un mal manejo de la diabetes tipo 1

Si un diabético no se pincha la insulina según las indicaciones médicas, pueden experimentar consecuencias graves y potencialmente mortales debido a los niveles elevados de glucosa en sangre. En primer lugar, si se prolonga la hiperglucemia puede tener efectos negativos en los vasos sanguíneos, nervios y otros tejidos. Esto aumenta el riesgo de complicaciones a largo plazo, como enfermedades cardíacas, enfermedad renal, problemas oculares y neuropatía. Por otro lado, la ausencia de insulina altera el equilibrio metabólico normal del cuerpo, afectando el procesamiento de carbohidratos, grasas y proteínas. Además, cuando los niveles de insulina son extremadamente bajos, el cuerpo puede empezar a descomponer las grasas para obtener energía. Esto conduce a la formación de cuerpos cetónicos, resultando en un estado conocido como cetoacidosis diabética, que es una emergencia médica que se manifiesta con náuseas, vómitos, deshidratación, y en casos graves, puede llevar al coma. Con el tiempo, los niveles altos de glucosa en la sangre llevan a problemas de salud derivados del mal manejo de la enfermedad como enfermedades del corazón, ataques cerebrales, enfermedades de los riñones, problemas de los nervios, ojos y extremidades, depresión y apnea del sueño. Por eso es importante que los pacientes con diabetes tipo 1 consigan  prevenir o retrasar el inicio de los problemas de salud relacionados con la diabetes controlando sus niveles de glucosa en la sangre, presión arterial y colesterol, y siguiendo un estilo de vida saludable y pautado por los profesionales de la salud.

 

Un futuro prometedor para la diabetes tipo 1

En el año 2016, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) dio su aprobación a un tipo específico de sistema de "páncreas artificial" conocido como sistema híbrido de circuito cerrado. Esta innovación representa un cambio significativo al reemplazar las pruebas manuales de glucosa en sangre y las inyecciones de insulina. Un solo sistema monitoriza los niveles de glucosa en la sangre cada 5 minutos a lo largo del día y administra insulina basal (una variedad de insulina de acción prolongada) o una combinación de insulina y glucagón (hormona del páncreas que eleva el nivel de glucosa en la sangre) de manera automática mediante una bomba de insulina independiente. Este sistema también da acceso a la información y se puede controlar remotamente, por ejemplo, por los padres (en pacientes menores de edad) o el personal médico. 

A pesar de esta automatización, todavía es necesario realizar ajustes manuales en la cantidad de insulina suministrada por la bomba, especialmente al comer y en situaciones que requieran dosis correctivas. Además, se debe continuar monitorizando los niveles de glucosa en sangre varias veces al día mediante un medidor de glucosa. Un sistema de páncreas artificial integra un monitor continuo de glucosa, una bomba de insulina y un algoritmo de control para administrar de manera precisa la cantidad necesaria de insulina basal. El monitor continuo de glucosa transmite información a través de un programa de software conocido como algoritmo de control que puede ir instalado en la bomba, en teléfonos móviles u ordenadores. Este algoritmo, en función de los niveles de glucosa detectados, indica a la bomba la cantidad exacta de insulina que debe administrar.

Por otro lado, existen investigaciones en torno a los trasplantes de islotes pancreáticos (conjunto de células pancreáticas que producen y liberan hormonas, entre otras la insulina), un tratamiento por el momento únicamente experimental, para personas con diabetes tipo 1 con mal control de la glucosa. El trasplante de islotes pancreáticos implica la sustitución de los islotes dañados con otros sanos de un donante de órganos que pueden generar y liberar insulina.

 

En resumen, la diabetes tipo 1 es una enfermedad compleja de origen autoinmune con causas genéticas y ambientales que afecta a la producción de insulina en el cuerpo, lo que lleva a niveles elevados de azúcar en sangre. Si bien puede ser un desafío, el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden permitir a las personas con diabetes tipo 1 llevar una vida saludable y activa. Con la administración de insulina, el autocuidado, y los avances en la investigación, las personas con diabetes tipo 1 pueden llevar una vida saludable y activa mientras se espera un futuro aún más prometedor en la lucha contra esta enfermedad. La educación y el apoyo son clave para gestionar esta condición y mantener el equilibrio en la vida cotidiana. Finalmente, la investigación sobre las causas de la diabetes tipo 1 nos acerca a una comprensión más profunda de esta enfermedad. El desarrollo de sistemas de páncreas artificial y los trasplantes de islotes pancreáticos dan esperanzas para facilitar el control de la diabetes tipo 1. A medida que desvelamos sus secretos, podemos ofrecer un mejor cuidado e investigar nuevos tratamientos para quienes viven con ella.

 

Fuentes
MedlinePlus es un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. (NLM, por sus siglas en inglés), la biblioteca médica más grande del mundo, y forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. (NIH).
NIDDK es el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales forma parte de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, que a su vez forma parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Organización Mundial de la Salud: 
Notas descriptivas sobre la diabetes.

Centers for Disease Control and Prevention. National diabetes statistics report, 2017. www.cdc.gov/diabetes/pdfs/data/statistics/national-diabetes-statistics-report.pdf 


Artículos científicos

American Diabetes Association. Classification and diagnosis of diabetes. Diabetes Care. 2016;39 Suppl 1:S13-22. DOI: 10.2337/dc16-S005.

American Diabetes Association. Foundations of care and comprehensive medical evaluation. Diabetes Care. 2016;39:Suppl 1:S23-35. DOI: 10.2337/dc16-S006

Haidar A, Tsoukas MA, Bernier-Twardy S, et al. A novel dual-hormone insulin-and-pramlintide artificial pancreas for type 1 diabetes: a randomized controlled crossover trial. Diabetes Care. 2020;43(3):597–606. doi:10.2337/dc19-1922

Luis Forga-Epidemiología en la diabetes tipo 1: ayudando a encajar las piezas del puzle. DOI: 10.1016/j.endonu.2015.02.002


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