La infección por Helicobacter pylori: relato pendiente y pacientes olvidados

En esta entrada dedicada a los "relatos olvidados", quiero rescatar un proyecto que llevaba tiempo aparcado en mi carpeta: un texto sobre Helicobacter pylori. Se trata de una infección digestiva que afecta a una proporción significativa de la población y que, sin embargo, suele pasar desapercibida, especialmente en personas asintomáticas. Lo consideré 'olvidado' no solo porque lo había dejado en suspenso mientras maduraba la información, sino también porque quienes conviven con la infección—muchos sin saberlo—son, en cierto modo, también olvidados por la atención sanitaria y la sociedad general.

La bacteria Helicobacter pylori es una de las infecciones más comunes a nivel mundial, afectando aproximadamente al 50% de la población global. Aunque muchas personas pueden convivir con esta bacteria sin experimentar síntomas, H. pylori es un factor de riesgo importante en el desarrollo de diversas enfermedades gástricas, como úlceras pépticas, gastritis crónica y, en casos más graves, cáncer gástrico.


Historia

Walery Jaworski. Libro de texto sobre enfermedades del estómago. 
La infección por H. pylori fue identificada por primera vez a finales del siglo XIX, cuando el médico polaco Walery Jaworski observó bacterias con forma espiral en enjuagues gástricos humanos en 1899, a las que llamó Vibrio rugula y sugirió su posible papel en enfermedades gástricas. No obstante, su trabajo pasó desapercibido al estar escrito en polaco y no difundirse ampliamente. La comprensión moderna de H. pylori se atribuye al patólogo australiano J. Robin Warren, quien en 1979 detectó microscópicamente bacterias en mucosas gástricas inflamadas, y al médico Barry J. Marshall, quien logró cultivarlas en 1982, tras varios intentos fallidos. Publicaron sus hallazgos en la revista The Lancet, demostrando la conexión entre la bacteria y la gastritis, y aportando evidencia de causalidad mediante la auto-contaminación de Marshall. Su trabajo supuso un verdadero cambio de paradigma: las úlceras gástricas ya no se consideraban resultado del estrés o del exceso de ácido, sino como enfermedades infecciosas curables con antibióticos. En reconocimiento a esta contribución revolucionaria, Warren y Marshall fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina en 2005. 


Transmisión de Helicobacter pylori y factores de riesgo

La principal vía de transmisión de H. pylori es el contacto directo con saliva, vómito o heces de una persona infectada. Sin embargo, la infección también puede adquirirse a través de alimentos y agua contaminados, especialmente en zonas con condiciones sanitarias deficientes. El consumo de agua no tratada y alimentos mal cocidos o mal manipulados puede facilitar la propagación de la bacteria. Esta forma de transmisión es especialmente prevalente en áreas con acceso limitado a agua potable y control deficiente de la seguridad alimentaria.

En España, la prevalencia de H. pylori alcanza cerca del 60% de la población, con una mayor incidencia en personas mayores, debido a factores históricos y de higiene en su infancia. A nivel europeo, la prevalencia varía entre el 14% y el 40%, dependiendo del país y del grupo poblacional estudiado. Globalmente, H. pylori afecta a aproximadamente la mitad de la población mundial, con una alta incidencia en países emergentes.


Síntomas y consecuencias

La infección por H. pylori puede ser asintomática o provocar una serie de síntomas relacionados con la gastritis, como dolor abdominal, náuseas, hinchazón y malestar general en la zona del estómago. En algunos casos, puede desencadenar úlceras gástricas o duodenales, que son lesiones abiertas en la mucosa del estómago o del intestino delgado. Estas úlceras pueden ser dolorosas y, si no se tratan adecuadamente, pueden derivar en complicaciones graves, como sangrados o perforaciones en la pared gástrica. Además, la infección crónica por H. pylori se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer gástrico, una de las formas más mortales de cáncer a nivel mundial.


Tratamiento de la infección por Helicobacter pylori

El tratamiento más común para erradicar H. pylori consiste en una terapia combinada con antibióticos y medicamentos que reducen la producción de ácido gástrico. El régimen estándar incluye dos antibióticos (como claritromicina y amoxicilina) y un inhibidor de la bomba de protones (como el omeprazol) para proteger el revestimiento gástrico y aumentar la efectividad de los antibióticos. Este tratamiento generalmente se sigue durante 7 a 14 días, dependiendo de la recomendación médica y de las características del paciente.

Uno de los medicamentos más conocidos en el tratamiento de esta infección es Pylera, que combina tres principios activos: tetraciclina, bismuto y metronidazol. Pylera tiene la ventaja de ser una terapia más sencilla, con solo 10 días de tratamiento, lo que facilita la adherencia de los pacientes. Sin embargo, desde mayo de 2024, España ha experimentado un grave desabastecimiento de Pylera, lo que ha afectado su disponibilidad en farmacias. Este medicamento se ha convertido en el fármaco con mayor desabastecimiento del año, lo que ha obligado a los médicos a recurrir a alternativas como la pauta OCAM, que es más compleja y puede reducir la adherencia al tratamiento.

Este desabastecimiento, que se espera se solucione en diciembre de 2024, ha generado preocupación en el ámbito de la salud pública, ya que el acceso a tratamientos adecuados es fundamental para la erradicación de la infección y la prevención de sus complicaciones más graves. Durante este tiempo, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha trabajado con la farmacéutica responsable para asegurar que la producción y distribución de Pylera se normalicen lo antes posible.


Prevención de la infección

La prevención de la infección por H. pylori pasa principalmente por mejorar las condiciones sanitarias, especialmente el acceso a agua potable de calidad y la seguridad alimentaria. Evitar el consumo de alimentos crudos o mal cocidos, así como asegurar una correcta higiene de manos, son medidas fundamentales para reducir el riesgo de contagio.

Aunque la erradicación completa de H. pylori sigue siendo un desafío, las mejoras en las condiciones de vida y el acceso a tratamientos adecuados han ayudado a reducir la carga de esta infección en muchas regiones del mundo. En países desarrollados, la prevalencia de la infección ha disminuido en las últimas décadas, pero sigue siendo un problema de salud importante en diversas zonas de Asia, África y América Latina.


Helicobacter pylori sigue siendo una de las infecciones bacterianas más prevalentes a nivel mundial, con un impacto significativo en la salud gástrica. A pesar de los avances en el tratamiento, el desabastecimiento de medicamentos clave y la persistente transmisión a través de alimentos y agua contaminados subrayan la necesidad de continuar mejorando las condiciones sanitarias y garantizando el acceso a tratamientos efectivos. La erradicación de esta bacteria no solo depende de los avances médicos, sino también de un enfoque integral que incluya medidas de prevención y educación en salud.

Al incorporarlo al tema de este mes —aquellos relatos y realidades que han sido postergados— recupero una voz que merece ser escuchada: la de las personas que padecen una infección silenciosa que parece que puede aumentar el riesgo de cáncer gástrico si no se trata. Además, el médico polaco Walery Jaworski, quien fue el primero en observar las bacterias gástricas y asociarlas con enfermedades digestivas, también fue un gran olvidado ya que su trabajo pasó casi desapercibido: publicado solo en polaco y en un manual de digestivo, no trascendió el ámbito local y quedó relegado al olvido. No recibió ni el Nobel ni reconocimiento alguno, pese a ser el precursor de la observación moderna de lo que hoy conocemos como H. pylori. Este texto no solo une un borrador antiguo con un enfoque renovado, sino que también rinde homenaje a todos esos pacientes y voces anónimas que merecen visibilidad, atención y, sobre todo, que no queden olvidados.


Lecturas interesantes

 

Comentarios

  1. Un post muy interesante y recomendable. Tuve la bacteria, llevé el tratamiento durante meses, volvió a reaparecer y tras el segundo tratamiento logré erradicarla. Sus síntomas pueden confundir y como bien mencionas es muy importante la salud gástrica.
    Un placer pasar a leerte. Saludos

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