Enfermedad Inflamatoria Intestinal: Descifrando los enigmas de nuestro interior
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Creador: Lars Neumann | Getty Images/iStockphoto |
Desentrañando los misterios de la enfermedad inflamatoria intestinal
En esta nueva
entrega de divulgación científica exploramos los fascinantes misterios del
cuerpo humano y cómo la ciencia nos ayuda a entenderlos. En esta ocasión,
hablaré de un tema que afecta a millones de personas en todo el mundo: la enfermedad
inflamatoria intestinal (EII). En este viaje hacia el interior de nuestro
sistema digestivo conoceremos mejor dos de sus manifestaciones más prominentes:
la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
La enfermedad inflamatoria intestinal es un término que engloba un grupo
de trastornos crónicos caracterizados por la inflamación persistente del
sistema digestivo. Esta categoría incluye la enfermedad de Crohn y la colitis
ulcerosa, condiciones graves que comparten características similares, pero que
también presentan diferencias cruciales. Ambas enfermedades se caracterizan por la inflamación del tracto gastrointestinal,
lo que provoca síntomas y complicaciones que afectan la calidad de vida de los
pacientes. Aunque aún no se conocen con
certeza las causas exactas de la enfermedad inflamatoria intestinal, se cree
que factores genéticos y ambientales interactúan para desencadenar la respuesta
inmunológica anormal que caracteriza a estas enfermedades. El sistema
inmunológico, en un intento de proteger al organismo, ataca de manera
inapropiada las células intestinales y desencadena una respuesta inflamatoria
crónica. Además, se ha observado que la microbiota intestinal juega un papel
importante en la modulación de estas enfermedades y que su presencia podría
ser más frecuente en los países con nivel socioeconómico alto. Algunos factores
de riesgo incluyen antecedentes familiares de enfermedad inflamatoria intestinal, fumar, el estrés y una dieta
poco saludable.
Representación de los órganos afectados en la enfermedad inflamatoria intestinal. A la izquierda, colitis ulcerosa y a la derecha enfermedad de Crohn. |
Los síntomas de
la enfermedad inflamatoria intestinal varían
de una persona a otra, pero pueden incluir diarrea crónica, dolor abdominal,
sangrado rectal, pérdida de peso, fatiga, fiebre y malnutrición. Estos síntomas
pueden ser intermitentes, con períodos de remisión en los que los pacientes se
sienten relativamente bien, seguidos de brotes activos de la enfermedad. El
diagnóstico se realiza mediante una combinación de historial clínico, examen
físico, pruebas de laboratorio y procedimientos endoscópicos, como la
colonoscopia. Es importante obtener un diagnóstico preciso para que el personal
sanitario establezca un plan de tratamiento adecuado a cada paciente. En todos
los casos, el tratamiento de la enfermedad
inflamatoria intestinal tiene como objetivo controlar la inflamación,
aliviar los síntomas y prevenir las complicaciones a largo plazo. Para ello, el
tratamiento puede incluir medicamentos como antiinflamatorios, inmunosupresores
y terapias biológicas (productos derivados de organismos vivos, incluyendo vacunas,
componentes de la sangre y proteínas de fuentes naturales o sintéticas).
Además, los cambios en el estilo de vida, como una dieta equilibrada, la
reducción del estrés y el abandono del hábito de fumar pueden ser beneficiosos.
Es fundamental
destacar que la enfermedad inflamatoria
intestinal es una enfermedad crónica que requiere un enfoque integral y
un seguimiento médico continuo. Los pacientes deben trabajar en estrecha
colaboración con sus médicos para controlar la enfermedad y manejar los brotes.
Además, es importante contar con un sistema integral de apoyo que incluya
profesionales de la salud, familiares y grupos de pacientes. Aunque actualmente
no existe una cura para esta enfermedad, con un diagnóstico temprano, un
tratamiento adecuado y un manejo adecuado del estilo de vida, los pacientes con
enfermedad inflamatoria intestinal pueden
llevar una vida plena y activa. A pesar de que la enfermedad inflamatoria
intestinal sigue siendo un rompecabezas en muchos aspectos, la investigación
científica arroja luz sobre sus mecanismos y opciones de tratamiento.
Comprender estas condiciones nos brinda la capacidad de enfrentar sus desafíos
con mayor eficacia y empatía.
Enfermedad de Crohn
Una de las enfermedades
inflamatorias intestinales es la enfermedad de Crohn, una afección compleja y
multifacética caracterizada por la formación de úlceras en el tracto
gastrointestinal en toda su longitud (desde la boca hasta el colon). Si bien
puede haber daños en cualquier parte del tubo digestivo, casi siempre
compromete al extremo inferior del intestino delgado y el comienzo del
intestino grueso. Aunque su origen aún guarda secretos, la genética parece
desempeñar un papel crucial en su desarrollo. En esta enfermedad el sistema
inmunológico se vuelve contra el cuerpo en un intento erróneo de defensa (trastorno
autoinmunitario), atacando las células intestinales y desencadenando una respuesta
inflamatoria crónica. Esta inflamación, a menudo impredecible, puede
manifestarse en áreas discontinuas, creando zonas afectadas y otras
aparentemente sanas. Es decir, a menudo, esta enfermedad presenta zonas
intermitentes de daño, donde segmentos inflamados del intestino coexisten con
áreas no afectadas. Esta diversidad de presentaciones conduce a una amplia gama
de síntomas, desde dolor abdominal y pérdida de peso hasta fatiga extrema.
Los síntomas de
la enfermedad de Crohn varían según la parte del tubo digestivo afectada y la
gravedad de la inflamación. Los más comunes incluyen diarrea, dolor abdominal
con cólicos, fiebre, falta de apetito, pérdida de peso involuntaria y fatiga.
Además, podría haber otros síntomas como estreñimiento, fístulas, úlceras
bucales y sangre en heces. También puede manifestarse con síntomas
extraintestinales, como dolor e hinchazón en las articulaciones, úlceras o
inflamación en los ojos y erupciones cutáneas, asociados al descontrol del
sistema inmune atacando al propio cuerpo. Aunque la enfermedad de Crohn puede
ocurrir a cualquier edad, lo más frecuente es que empiece a manifestarse entre
los 15 y los 35 años.
Diagnóstico, tratamiento y pronóstico de la enfermedad de Crohn
El diagnóstico de
la enfermedad de Crohn implica una combinación de exploraciones físicas y
pruebas clínicas, exámenes de sangre, pruebas de heces y procedimientos de
imagen. Un examen físico puede descubrir una masa (nódulo) o sensibilidad en el
abdomen, erupción cutánea, articulaciones inflamadas o úlceras bucales. En las
analíticas de sangre en ocasiones se pueden observar niveles bajos de albúmina,
hemoglobina y hematocrito, una tasa de sedimentación de eritrocitos alta, o
niveles de proteína C reactiva, calprotectina y glóbulos blancos elevados. Las
técnicas de imagen como la colonoscopia y la endoscopia (dependiendo de la
localización de los daños), entre otras, permiten a los médicos visualizar
directamente el intestino y evaluar la extensión y gravedad de la inflamación.
El tratamiento de
la enfermedad de Crohn se centra en el control de la inflamación y la reducción
de los síntomas con medicamentos y siguiendo un el estilo de vida saludable.
Esto puede incluir el uso de medicamentos antiinflamatorios, inmunosupresores y
modificadores de la respuesta biológica. Es importante seguir alimentación sana
y bien balanceada, con suficiente energía y nutrientes. En casos graves, puede ser necesario intervenir
quirúrgicamente al paciente, para eliminar segmentos afectados del intestino.
El pronóstico varía según la gravedad de la enfermedad y la respuesta al
tratamiento, con períodos de remisión intercalados con brotes de síntomas.
Colitis Ulcerosa
La colitis
ulcerosa, otra forma de enfermedad inflamatoria intestinal, se centra en el
colon, el tramo final del sistema digestivo. En este trastorno, el
revestimiento interno del colon se inflama y se llena de úlceras, causando una
serie de síntomas que afectan profundamente la calidad de vida. A diferencia de
la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa se limita principalmente al
intestino grueso y el recto y no deja áreas "omitidas" (no es discontinua, por zonas o áreas).
Sin embargo, no se debe
subestimar su impacto: la inflamación puede extenderse a otras zonas del
aparato digestivo y órganos cercanos, provocando malestar y afectando
negativamente la salud en general. La colitis ulcerativa puede afectar a cualquier grupo de edad, aunque aparece
más frecuentemente en dos picos de edad entre los 15 y 30 años y entre los 50 y
70 años.
El sistema
inmunológico, una vez más, es protagonista en esta historia. Sin embargo, las
causas exactas siguen sin conocerse del todo, aunque la influencia genética y
factores ambientales parecen estar en juego. Los síntomas varían en intensidad
y duración, lo que a menudo dificulta su diagnóstico y manejo. Estos síntomas
pueden incluir diarrea con sangre, dolor abdominal, urgencia para defecar y
pérdida de peso involuntaria. Los pacientes también pueden experimentar
síntomas extraintestinales, como dolor en las articulaciones y úlceras en la
piel.
Diagnóstico, tratamiento y pronóstico de la colitis ulcerosa
Los síntomas pueden ser más o menos graves, pero aproximadamente la mitad de las personas con
colitis ulcerosa solo tienen síntomas leves. En la otra mitad de los pacientes hay
episodios más graves que ocurren con mayor frecuencia. Los síntomas pueden
comenzar gradual o repentinamente, y esta falta de patrón claro puede
dificultar su diagnóstico. El
diagnóstico de la colitis ulcerosa implica pruebas similares a las utilizadas
en la enfermedad de Crohn, como análisis de sangre, pruebas de heces y
procedimientos de imagen. En este caso, la colonoscopia es esencial para
evaluar la extensión y gravedad de la inflamación en el colon y el recto. Hay otras
pruebas de imagen como la tomografía computarizada, la resonancia magnética, la
endoscopia y la enterografía por resonancia magnética puede ayudar a distinguir
entre enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa. Además, en una analítica de
sangre de pacientes con colitis ulcerosa se puede ver una tasa de sedimentación
de eritrocitos alta, niveles de proteína C reactiva, calprotectina y lactoferrina
elevados y la presencia de autoanticuerpos.
El tratamiento de
la colitis ulcerosa se enfoca en aliviar los síntomas y reducir la inflamación.
Los medicamentos antiinflamatorios, inmunosupresores y terapias biológicas son
opciones comunes. En casos graves, la cirugía para extirpar el colon o parte de
él puede ser necesaria. El pronóstico varía según la gravedad de la enfermedad
y la respuesta al tratamiento, y también suele tener períodos de remisión y
recaída.
Mirando Hacia el Futuro
Es fundamental
destacar que las enfermedades inflamatorias intestinales son afecciones crónicas
que requieren un enfoque integral y un seguimiento continuo del personal médico
y sanitario. La detección temprana es esencial, ya que estas enfermedades
llevan consigo un riesgo de complicaciones, como el cáncer de colon. El
tratamiento se basa en una combinación de medicamentos que reducen la
inflamación y regulan la respuesta inmunológica. La dieta, el manejo del estrés
y el apoyo psicológico también desempeñan un papel fundamental en el control de
la enfermedad. Además, es importante contar con un sólido sistema de apoyo que
incluya profesionales de la salud, familiares y grupos de pacientes.
Los pacientes con
enfermedad Inflamatoria Intestinal
tienen más riesgo de padecer infecciones y obstrucciones intestinales,
lesiones en la piel, fístulas en vejiga, piel o vagina, retraso en el
crecimiento en niños, problemas en la articulaciones, anemia y desnutrición,
riesgo de tener coágulos, y un aumento del riesgo de cáncer de colon y del
intestino delgado. A menudo, el personal médico realiza pruebas de cribado como
la colonoscopia si el paciente ha tenido daños en el colon asociados a la
enfermedad de Crohn durante 8 años o más. Por todo ello, los pacientes deben
trabajar en estrecha colaboración con sus médicos para controlar la enfermedad
y manejar los brotes. Es importante contactar a un profesional médico si se sufre uno o varios de estos síntomas que
pueden indicar que se sufre una enfermedad
Inflamatoria Intestinal: dolor abdominal muy fuerte, falta de control de la
diarrea, la pérdida de peso involuntaria, fiebre alta sin motivo durante 2-3
días, sangre en heces, náuseas y vómitos durante varios días, úlceras en la
piel que no se curan, o dolores articulares.
A medida que
avanzamos en la comprensión de la enfermedad Inflamatoria Intestinal, emergen
nuevas terapias y enfoques de tratamiento. La investigación continúa
desentrañando los misterios detrás de estas condiciones, ofreciendo esperanza a
quienes enfrentan el desafío diario de vivir con enfermedad Inflamatoria
Intestinal. A través del conocimiento y la empatía, podemos brindar un mejor
apoyo a quienes luchan contra estas enfermedades y trabajar juntos para
iluminar los rincones más oscuros de nuestro cuerpo.
Fuentes
MedlinePlus es
un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. (NLM, por sus
siglas en inglés), la biblioteca médica más grande del mundo, y forma parte de
los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. (NIH).
NIDDK es
el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales forma
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