La rebeldía en la ciencia
Transformar el Sistema de Publicación
La ciencia, como una de las herramientas más poderosas para el avance del conocimiento, no ha escapado a la influencia de las estructuras económicas y sociales que moldean nuestras sociedades. A lo largo de los años, el sistema de publicación científica ha sufrido una mercantilización progresiva que ha generado críticas dentro de la propia comunidad científica. En este contexto, la rebeldía se convierte en una forma de resistencia contra las fuerzas que intentan someter el conocimiento a las reglas del mercado. Hoy en día, múltiples voces se alzan para denunciar la "tiranía editorial" que pesa sobre el sistema de publicaciones científicas y proponer nuevas formas de difusión del conocimiento, más justas, accesibles y equitativas. En este artículo, abordaremos diversos actos de rebeldía en la ciencia actual, desde el boicot a las revistas de alto impacto hasta las revistas de acceso abierto y la resistencia a participar en la revisión por pares sin remuneración.
Mercantilización de la ciencia: Un contexto que exige rebeldía
Uno de los cambios más significativos en la ciencia contemporánea ha sido la tendencia a tratarla como una mercancía. La ciencia ha dejado de ser exclusivamente un bien común, y en muchos casos se ha convertido en un producto más en el mercado global. Este proceso se ha visto acelerado por la adopción de políticas neoliberales que favorecen la monetización de prácticamente todas las acciones sociales, incluidas las académicas y científicas. En la publicación científica, esto ha llevado a una situación paradójica: el conocimiento, producido mayoritariamente por investigadores financiados con fondos públicos, se encuentra atrapado tras costosas barreras de pago que limitan su acceso a aquellos que puedan permitírselo.
La "tiranía editorial" se refiere a cómo algunas revistas científicas, particularmente aquellas de alto impacto, han consolidado su poder al establecer criterios de publicación que favorecen los intereses comerciales sobre los académicos. El factor de impacto, una métrica que mide la frecuencia con la que los artículos de una revista son citados, se ha convertido en la moneda de cambio de la academia. Aunque el factor de impacto fue concebido originalmente como una herramienta de referencia, ha sido distorsionado hasta convertirse en un fin en sí mismo, moldeando las carreras académicas, las decisiones de financiación y la estructura misma de la ciencia moderna.
Randy Schekman y el boicot a las revistas de alto impacto
Uno de los actos más emblemáticos de rebeldía contra este sistema lo protagonizó el Premio Nobel de Medicina de 2013, Randy Schekman. En diciembre de ese año, poco después de recibir el galardón, Schekman lanzó una valiente crítica contra las principales revistas científicas de alto impacto como Nature, Cell y Science. En un artículo publicado en The Guardian, declaró su decisión de boicotear estas revistas y renunció a publicar en ellas, debido a lo que consideraba prácticas editoriales irresponsables.
Schekman argumentó que estas revistas priorizan artículos que tratan temas de moda o con alta probabilidad de generar repercusión mediática, en lugar de aquellos que representan avances científicos significativos. Según su visión, los editores de estas revistas están más interesados en maximizar el factor de impacto que en promover el rigor científico. Además, denunció que este enfoque mercantilista promueve la publicación de investigaciones que buscan el "impacto" a corto plazo, dejando de lado estudios importantes pero menos atractivos desde el punto de vista comercial.
Su gesto de boicot fue una llamada de atención para la comunidad científica, que ha continuado debatiendo sobre la influencia negativa de estas métricas en la investigación. El acto de Schekman fue un acto de rebeldía necesario para señalar las disfunciones del sistema y abrir el camino a nuevas formas de difusión del conocimiento.
Revistas de acceso abierto: una rebelión contra la tiranía editorial
La creación de revistas de acceso abierto es otra forma de rebeldía en el contexto de la publicación científica. Estas revistas han surgido como una respuesta a la exclusividad de las grandes editoriales y la barrera económica que representan para el acceso al conocimiento. Las revistas de acceso abierto permiten a cualquier persona leer, descargar y compartir artículos científicos de manera gratuita, eliminando el costo de suscripción que limita la distribución de la ciencia.
Una de las iniciativas más destacadas en este sentido es PLOS ONE, que se lanzó en 2006 como una plataforma interdisciplinaria que publica sin restricciones de temática ni de tasa de aceptación. Su modelo desafía el tradicional control editorial y ofrece una alternativa a los investigadores que buscan compartir sus resultados sin el filtro de las grandes editoriales comerciales. Sin embargo, este sistema no es perfecto: las publicaciones en acceso abierto también tienen costos significativos, ya que muchas veces los autores deben pagar para que sus artículos sean publicados. Estos costos, que rondan los 1500 dólares por artículo y en ocasiones superan los 3000 dólares, limitan la accesibilidad del sistema de otro modo.
Sin embargo, las revistas en acceso abierto han demostrado ser una herramienta poderosa para la democratización del conocimiento. Ejemplos como PLOS ONE y Scientific Reports, lanzada por el Grupo Nature en 2011, han permitido la publicación de un número impresionante de artículos científicos, contribuyendo a la difusión masiva de los descubrimientos sin las trabas del mercado editorial tradicional.
Life Science Alliance: rebeldía a través de la juventud, la diversidad y la transparencia
Un ejemplo destacado de esta rebeldía es Life Science Alliance (LSA), una revista de acceso abierto fundada en 2018 por tres prestigiosas instituciones de investigación: EMBO Press, Rockefeller University Press y Cold Spring Harbor Laboratory Press. Esta alianza tiene un objetivo claro: revolucionar el proceso de publicación científica, haciendo que sea más justo, eficiente y transparente.
El Comité Editorial Asesor de Life Science Alliance es particularmente notable por su juventud y diversidad. Compuesto por investigadoras e investigadores en el epicentro de sus carreras científicas, con una edad media cercana a los 45 años, el comité incluye representantes de instituciones de los cinco continentes, lo que refuerza su carácter global. Este enfoque hacia la inclusión y la diversidad marca un hito en la ruptura de las estructuras tradicionales de publicación científica, dominadas por comités formados en su mayoría por académicos de mayor edad y provenientes de las mismas instituciones de prestigio.
Además, LSA ha introducido una transparencia sin precedentes en el proceso de evaluación por pares. Todos los documentos relacionados con la evaluación de un artículo se publican junto con el artículo, lo que permite a los lectores y a la comunidad científica en general ver cómo se ha llevado a cabo el proceso. Esta medida no solo promueve la equidad, sino que también fortalece la confianza en la calidad de los trabajos publicados.
Otro aspecto clave de la rebeldía de LSA es su enfoque en el reconocimiento del trabajo de los revisores. Si los revisores así lo desean, su labor puede ser reconocida formalmente mediante cartas de apoyo y certificados. Esto representa un cambio radical en un sistema que históricamente ha tratado el trabajo de los revisores como un recurso gratuito y sin reconocimiento formal.
La tiranía de las métricas y la resistencia a la revisión por pares gratuita
Uno de los principales problemas del sistema de publicación científica es la excesiva dependencia de métricas como el factor de impacto. Esta "tiranía de las métricas" ha distorsionado las prioridades de los investigadores, quienes a menudo se ven presionados a publicar en revistas de alto impacto para avanzar en sus carreras. En lugar de fomentar la investigación de calidad, estas métricas promueven un sistema en el que la cantidad de citas se convierte en el principal indicador de éxito, independientemente de la relevancia o el rigor de los estudios.
En este contexto, surge otra forma de rebeldía: negarse a participar en la revisión por pares, al menos de forma gratuita. El proceso de revisión por pares, fundamental para la validación de los trabajos científicos, se lleva a cabo de manera altruista, sin ninguna compensación económica ni reconocimiento formal. A pesar del tiempo y esfuerzo que los investigadores dedican a revisar los manuscritos, esta labor no se refleja en el cómputo de horas de trabajo ni en las evaluaciones de convocatorias de proyectos.
Esta situación ha generado un creciente malestar entre los revisores, quienes cada vez más se plantean la posibilidad de negarse a participar en este sistema si no se realizan reformas. Es particularmente incoherente que muchas de las revistas que cobran tarifas por publicar no retribuyan a los revisores, que son parte esencial del proceso. Esta resistencia podría extenderse y forzar a las revistas a replantear el modelo actual, introduciendo remuneraciones para los revisores y reconociendo formalmente su contribución.
La rebeldía como motor de cambio
La rebeldía ha sido siempre un motor de cambio en la historia de la ciencia. Desde las críticas de Randy Schekman al sistema de publicación en revistas de alto impacto hasta la creación de revistas de acceso abierto como Life Science Alliance, la comunidad científica está demostrando que no está dispuesta a aceptar pasivamente las injusticias y las disfunciones del sistema.
El modelo actual de publicación científica necesita urgentemente reformas. Es fundamental que se reconozca y recompense el trabajo de los revisores, que se ponga fin a la tiranía de las métricas y que se promueva un sistema de difusión del conocimiento más justo y accesible. Solo a través de estos actos de rebeldía, individuales y colectivos, podremos construir un sistema científico que verdaderamente esté al servicio del conocimiento y del bienestar de la humanidad.
Esta publicación participa en el blog de narrativa científica Café Hypatia en su en su edición de octubre de 2024 con el tema #PVrebeldía
Me parece muy buen aporte al reto, sin duda hay que rebelarse contra las injusticias. Un placer pasar por tu blog. Abrazos
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte por el blog, Nuria. Tu microrrelato sobre Marie Curie también estuvo muy bien!
EliminarMe parece muy interesante. Una pena que haya llegado ese mercantilismo a las publicaciones científicas.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Lola. Seguiremos trabajando para que la ciencia no sea una mercancía!
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