Publicar o perecer: el caso Luque

"Publicar o perecer" (publish or perish en inglés) es una frase que se utiliza comúnmente en el ámbito académico y de investigación para referirse a la presión que existe sobre el personal investigador para publicar sus resultados de investigación en revistas científicas de prestigio, a fin de asegurar su continuidad y reconocimiento en la comunidad científica. Esta frase implica que, si un investigador no logra publicar sus investigaciones, su carrera en la investigación puede verse comprometida, y puede tener dificultades para conseguir financiación (para su propio sueldo y para material de investigación) y reconocimiento dentro de la comunidad científica. Es decir, la publicación de resultados es fundamental para el éxito en la carrera de investigación. Sin embargo, esta presión también puede llevar a conductas poco éticas como la falsificación o manipulación de resultados con el fin de obtener publicaciones, lo que puede tener consecuencias negativas en la calidad de la investigación y en la reputación del investigador. Por eso, es importante equilibrar la necesidad de publicar con la integridad y la ética en la investigación, así como mejorar los sistemas de evaluación y promover medidas de transparencia en la ciencia.

 

Sistemas de evaluación investigadora

Los investigadores son evaluados principalmente por la calidad y la cantidad de sus publicaciones científicas en revistas especializadas de alto impacto en sus respectivas áreas de investigación. Esta evaluación es realizada tanto por la propia comunidad científica como por agencias financiadoras y empleadores, como universidades o centros de investigación. A su vez, en España existe la agencia nacional de evaluación de la calidad y acreditación (ANECA), organismo autónomo adscrito al Ministerio de Universidades que se creó para contribuir a la calidad del sistema de educación superior mediante la evaluación, certificación y acreditación de enseñanzas, profesorado e instituciones.

La presión por publicar tiene varios motivos. En primer lugar, la publicación de resultados es una forma de comunicar los hallazgos y contribuciones del investigador a la comunidad científica, lo que es esencial para avanzar en el conocimiento y para obtener reconocimiento por el trabajo realizado. Además, la publicación de resultados es un requisito para la obtención de financiación para la investigación y para optar a puestos de trabajo y ascensos en la carrera científica. Otro factor que aumenta la presión por publicar es la alta competitividad en el ámbito de la investigación: los recursos son limitados y los fondos de investigación suelen ser cada vez más escasos. Los investigadores compiten por financiación y recursos para investigar, lo que lleva a una mayor presión para publicar resultados y destacar en la comunidad científica.

 

El caso Rafael Luque

El caso del químico español Rafael Luque ha generado un debate en torno a las prácticas en el sistema científico. Luque, un investigador muy prolífico (publicaba un artículo cada 37 horas) de la Universidad de Córdoba era considerado uno de los investigadores más prometedores de su campo. Recientemente fue suspendido de empleo y sueldo durante 13 años por firmar sus trabajos como investigador de otras instituciones en Rusia y Arabia Saudí. Si bien la práctica de firmar artículos con más de un lugar de trabajo (habitualmente llamado afiliación) es común, se debe comunicar a la institución en la que se trabaja a tiempo completo, y ésta debe autorizarlo. En cuanto a la cuestión de incompatibilidades o exclusividad, de momento no se ha informado específicamente sobre ningún incumplimiento por parte de Luque en este sentido. Sin embargo, es común que los investigadores tengan cláusulas de exclusividad en sus contratos que les impiden trabajar en proyectos o actividades que puedan entrar en conflicto con sus obligaciones en la universidad o institución de investigación donde trabajan. En general, estas cláusulas están destinadas a proteger la integridad de la investigación y garantizar que los investigadores no estén comprometidos por intereses externos. Aunque no se ha mencionado ninguna infracción en este sentido en el caso de Rafael Luque, es cierto que una portavoz de la Universidad de Córdoba ha mencionado que la sanción a Luque se debió a la vulneración de aspectos de incompatibilidad según la normativa de personal público. Sin embargo, esto parece ser un asunto secundario en comparación con las acusaciones de mala conducta científica y la falsificación de datos en las publicaciones de Luque, que podrían ser la razón principal de su suspensión. En el caso de Luque, se alegó que había falsificado datos en varias publicaciones, incluyendo en una revista de alto impacto. Aunque el propio Luque negó las acusaciones, una investigación interna de su universidad parece que ha encontrado pruebas suficientes de mala conducta científica. Como resultado, la Universidad de Córdoba impuso medidas disciplinarias y Rafael Luque fue despedido de su puesto. Además, varias de sus publicaciones fueron retiradas por parte de las editoriales que publicaron los artículos en los que se probó que había habido fraude. Entre los motivos, se ha cuestionado la originalidades decir, la posibilidad de que exista plagiode algunas de sus contribuciones científicas, lo que ha llevado a la retractación y a cuestionar la validez de varios de sus artículos. 

Independientemente del posible fraude cometido en las investigaciones, el hecho de publicar de media un artículo cada 37 horas es bastante sospechoso, o como poco cuestionable. Como decía Lluís Codina recientemente, hace años que varios comités internacionales de ética acordaron las tres condiciones que se deben cumplir para ser coautor de un paper: 1ª participar en el diseño de la investigación, o en la extracción de datos o en el análisis de los datos, 2ª hacer aportaciones significativas a la redacción del artículo y 3ª leer y aprobar la versión final del paper. Para ser coautor del artículo, se deben cumplir LAS TRES condiciones. En el caso de Luque, y en muchos otros algo menos inverosímiles en cuanto a producción científica pero igualmente increíbles, publicar un artículo al mes o más debería hacernos reflexionar sobre si es una autoría legítima. 
En cualquier caso, es importante señalar que la calidad de los estudios de Luque no parece ser el tema central de la sanción que recibió, sino más bien su comportamiento ético y profesional en el proceso de investigación y publicación de sus resultados. Si bien es cierto que la universidad no ha recibido quejas específicas sobre la calidad de los estudios de Luque, las acusaciones de mala conducta científica son una grave preocupación en el ámbito académico y científico, ya que socavan la integridad y la confianza en la investigación y la publicación de resultados científicos.

Este caso es un ejemplo de cómo la presión para publicar puede llevar a prácticas poco éticas. Los investigadores senior a menudo sienten más presión para producir publicaciones y mantener su estatus, lo que puede llevar a una mayor tentación de romper las reglas. Esto es especialmente problemático cuando se considera que estos investigadores son a menudo los que establecen el estándar para la ética científica. Por lo tanto, es importante que las instituciones y organismos de financiación de la investigación promuevan una cultura de integridad científica y proporcionen apoyo y recursos adecuados a los investigadores para llevar a cabo investigaciones éticas y rigurosas. Además, se deben establecer mecanismos efectivos para detectar y prevenir la mala conducta científica y tomar medidas enérgicas contra los investigadores que rompen las reglas.



El sistema científico de publicar o perecer es una realidad en el mundo académico.
 

Los casos de fraude en la investigación ponen en tela de juicio la presión a la que se enfrentan los investigadores para publicar y la ética que deben seguir en el proceso. Los investigadores están bajo una gran presión para producir publicaciones en revistas de alto impacto y para mantener un historial de productividad. Las universidades y los organismos de financiación de la investigación suelen evaluar a los investigadores por el número y la calidad de sus publicaciones, lo que puede tener un gran impacto en su carrera y financiación futura. Sin embargo, este sistema también puede llevar a prácticas poco éticas. Los investigadores pueden ser tentados a falsificar datos o recortar resultados para cumplir con los estándares de publicación y obtener resultados más rápidos. Esto puede llevar a una distorsión de la ciencia y una pérdida de confianza en la comunidad científica. El caso del químico español Rafael Luque es un recordatorio de la presión que enfrentan los investigadores para publicar en un sistema científico de publicar o perecer. Sin embargo, también pone de relieve la importancia de la integridad científica y la necesidad de establecer una cultura de ética en la investigación.

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