Factores de riesgo de las enfermedades metabólicas

 

Las enfermedades metabólicas, como la obesidad, la diabetes tipo 2, la dislipidemia y la esteatohepatitis no alcohólica, son alteraciones que afectan al correcto funcionamiento de nuestro metabolismo. Estas alteraciones metabólicas pueden ser causadas por diversos factores y afectan a un gran número de personas en todo el mundo. A continuación, hablaré de los factores que más influyen en el desarrollo de estas enfermedades.
1. Factores genéticos: Los genes que heredamos de nuestros padres pueden influir en la forma en que nuestro cuerpo procesa los nutrientes y en cómo almacenamos la energía.
2. Estilo de vida: La dieta poco saludable y la falta de actividad física son factores clave que contribuyen a la ganancia de peso y al aumento en los niveles de glucosa y lípidos en sangre, lo que puede iniciar otras alteraciones metabólicas.
3. Factores ambientales: La exposición a ciertas sustancias químicas en el medio ambiente, como los disruptores endocrinos u hormonales, puede contribuir al desarrollo de enfermedades metabólicas. La exposición a la contaminación del aire también puede aumentar el riesgo de desarrollar estas alteraciones.
4. Factores psicológicos: El estrés crónico y la falta de sueño pueden afectar negativamente al metabolismo y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas.
5. Medicamentos: Algunos medicamentos, como los antipsicóticos y los esteroides, pueden contribuir al aumento de peso y al desarrollo de enfermedades metabólicas.
Los factores que influyen en el desarrollo de enfermedades metabólicas son diversos y están interrelacionados. Una dieta saludable y equilibrada, la actividad física regular, la reducción del estrés y una buena calidad de sueño son algunas medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas.
 

1.       Factores genéticos

Las enfermedades metabólicas pueden estar relacionadas con factores genéticos. Esto significa que algunas personas tienen una mayor probabilidad de desarrollar estas enfermedades debido a su carga genética, es decir, la predisposición genética puede aumentar el riesgo de desarrollar estas enfermedades. Pero no es el único factor determinante. Los estudios han demostrado que la genética puede explicar aproximadamente el 30% del riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas, aunque depende de la enfermedad específica y de la población estudiada. En otras palabras, la genética no es la única causa de estas enfermedades, pero sí puede contribuir significativamente a su desarrollo.
Los genes que se han relacionado con estas enfermedades incluyen aquellos que afectan la regulación de la glucosa en sangre, la síntesis y el metabolismo de las grasas y la inflamación crónica en el cuerpo. Por ejemplo, se han identificado ciertas variaciones genéticas que pueden influir en el apetito y el metabolismo de las grasas, así como a la capacidad del cuerpo para producir o utilizar insulina. Sin embargo, es importante destacar que los factores genéticos no son los únicos responsables del desarrollo de estas enfermedades. No todas las personas con predisposición genética desarrollan estas enfermedades y, por el contrario, algunas personas sin predisposición genética pueden desarrollarlas debido a otros factores de riesgo como la dieta, el estilo de vida, el ambiente y los medicamentos.
Por lo tanto, aunque la genética puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas, no son el único factor determinante y se pueden tomar medidas preventivas para reducir el riesgo. Mantener una dieta saludable y equilibrada, hacer ejercicio regularmente y evitar hábitos poco saludables como el tabaco y el alcohol, pueden ayudar a prevenir o retrasar el desarrollo de enfermedades metabólicas, incluso en aquellas personas que tienen una carga genética predisponente.

 

2.       Factores de la dieta y el estilo de vida

La dieta y el estilo de vida son factores clave que pueden influir en el desarrollo de enfermedades metabólicas como la obesidad, diabetes tipo 2, dislipidemia y esteatohepatitis no alcohólica. Esos son algunos factores dietéticos y de estilo de vida que pueden aumentar el riesgo de estas enfermedades:
  I. DietaConsumo excesivo de grasas saturadas, carbohidratos refinados y azúcares añadidos puede aumentar el riesgo de alteraciones metabólicas. Estos alimentos se encuentran comúnmente en alimentos procesados y ultraprocesados, como refrescos, dulces, pasteles, galletas y alimentos fritos.
 II. Inactividad física: es un factor de riesgo importante para el desarrollo de enfermedades metabólicas. Por eso las personas que llevan un estilo de vida sedentario tienen un mayor riesgo de desarrollar estas enfermedades.
III. Sobrepeso: es un factor de riesgo importante para muchas enfermedades metabólicas. Habitualmente el sobrepeso está asociado a una dieta y un estilo de vida poco saludables.
IV. Consumo de alcohol: principalmente puede aumentar el riesgo de esteatohepatitis no alcohólica, que es una forma de enfermedad hepática grasa no alcohólica. También está asociado a una acumulación de grasa y alteraciones metabólicas.
V. Falta de sueño: La falta de sueño o un sueño de mala calidad se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades metabólicas.
Es importante destacar que estos factores de riesgo se pueden prevenir o reducir mediante cambios en la dieta y el estilo de vida. Algunas medidas efectivas para reducir el riesgo de enfermedades metabólicas incluyen:
· Seguir una dieta saludable y equilibrada, rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables
· Realizar actividad física regularmente
· Mantener un peso saludable
· Evitar el consumo de alcohol o reducirlo al mínimo
· Dormir lo suficiente y mantener un sueño de calidad
Los factores dietéticos y de estilo de vida tienen un gran impacto en el desarrollo de enfermedades metabólicas. Adoptar hábitos saludables puede ayudar a prevenir o reducir el riesgo de estas enfermedades. Por ejemplo, una dieta saludable y la actividad física ayudan a controlar los niveles de glucosa y lípidos en sangre, lo que puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas.
 

3.       Factores ambientales

Además de los factores genéticos, dietéticos y de estilo de vida, existen también factores ambientales que pueden afectar al desarrollo de enfermedades metabólicas. Algunos de estos factores ambientales son:

  I. Contaminación del aire: La exposición a la contaminación del aire se ha relacionado con un aumento en la inflamación y estrés oxidativo, lo que aumenta el riesgo de estas enfermedades.

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 II. Contaminación ambiental: La exposición a productos químicos tóxicos como los disruptores endocrinos, que son sustancias externas que ocasionan alteraciones en el sistema hormonal del cuerpo humano y, por tanto, generan efectos adversos sobre la salud (hablaré de esto en próximamente en una nueva entrada). Algunos disruptores endocrinos se encuentran en productos químicos tóxicos como los ambientadores, partes de electrodomésticos, envases de productos (especialmente de plásticos), insecticidas o pesticidas, materiales de construcción o de uso industrial, pinturas y tintas, productos de belleza o de higiene personal, productos de limpieza y tejidos. Estos químicos pueden interferir en el metabolismo.

III. Cambios en el entorno construido y cambio climático: La falta de espacios verdes, la presencia de tiendas de alimentos poco saludables en áreas de bajos ingresos, las deficiencias en el transporte público y los cambios en el clima también pueden afectar a la disponibilidad de alimentos, los hábitos dietéticos y la calidad nutricional.

IV. Exposición a la luz artificial: La exposición a la luz artificial durante la noche puede alterar los ritmos circadianos del cuerpo y afectar al control de los niveles de azúcar en sangre. El uso de dispositivos electrónicos como el móvil, tablet, ordenador o televisión, así como la contaminación lumínica exterior, en comercios, centros de trabajo (especialmente en trabajadores en turno de noche) y ocio nocturno, interrumpen los ritmos circadianos, afectando al metabolismo.

Es importante destacar que estos factores ambientales pueden interactuar con los factores genéticos, dietéticos y de estilo de vida, aumentando el riesgo de enfermedades metabólicas. Sin embargo, existen medidas que pueden reducir estos riesgos, como reducir la exposición a productos químicos tóxicos y la contaminación del aire, promover la actividad física y la creación de espacios verdes, reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, reducir la exposición a la luz artificial nocturna y apoyar políticas públicas para combatir el cambio climático.

 

4.       Factores psicológicos



Los factores psicológicos como el estrés crónicos y la falta de sueño pueden aumentar el riesgo de estas enfermedades metabólicas. El estrés crónico puede provocar un aumento de los niveles de cortisol, una hormona que puede aumentar la producción de glucosa y lípidos en sangre. También puede puede afectar al comportamiento alimentario, aumentando la necesidad de comer en exceso y elegir alimentos poco saludables. Además, el estrés crónico puede desencadenar una respuesta inflamatoria en el cuerpo que puede aumentar el riesgo de enfermedades metabólicas. Por otro lado, la falta de sueño puede alterar los niveles de hormonas que regulan el apetito, lo que puede provocar un aumento de peso y un mayor riesgo de obesidad. A su vez, la falta de sueño también puede alterar el metabolismo y la respuesta hormonal del cuerpo, lo que puede aumentar el riesgo de problemas metabólicos.

Es importante tener en cuenta que el estrés y la falta de sueño son factores que se pueden prevenir o reducir mediante cambios en el estilo de vida y hábitos cotidianos. Algunas medidas efectivas para reducir el riesgo de enfermedades metabólicas incluyen:

· Practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación y el yoga
· Mantener un horario regular de sueño y dormir lo suficiente cada noche
· Hacer actividad física regularmente, ya que puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño


 

5.       Como afectan algunos medicamentos

Algunos medicamentos pueden afectar al desarrollo de enfermedades metabólicas. Es importante que los pacientes sean conscientes de los efectos secundarios de los medicamentos y se informen sobre cómo pueden trastornar su salud metabólica. A continuación, se presentan algunos ejemplos de medicamentos que pueden afectar al desarrollo de enfermedades metabólicas: 

  I. Medicamentos para la presión arterial alta: algunos antihipertensivos como los diuréticos y los betabloqueantes, pueden aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y dislipidemia. Estos medicamentos pueden disminuir la sensibilidad a la insulina y aumentar los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.

 II. Corticosteroides: son un tipo de medicamento que se utiliza comúnmente para tratar la inflamación y otros trastornos autoinmunitarios. Sin embargo, estos medicamentos pueden aumentar los niveles de azúcar en la sangre y causar resistencia a la insulina, especialmente en personas con antecedentes familiares de la enfermedad.

III. Medicamentos frente a la depresión: algunos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, pueden aumentar el apetito y causar aumento de peso, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar obesidad y otras enfermedades metabólicas. Los antidepresivos tricíclicos también pueden aumentar los niveles de azúcar en la sangre.

IV. Antipsicóticos: son medicamentos utilizados para tratar afecciones como la esquizofrenia y el trastorno bipolar. Los antipsicóticos pueden causar aumento de peso y aumentar los niveles de azúcar en la sangre.


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Los medicamentos son necesarios en el tratamiento de condiciones médicas, y siempre se debe seguir las recomendaciones de los profesionales sanitarios. Sin embargo, también es importante ser consciente de los posibles efectos secundarios y tomar medidas preventivas para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas y otras enfermedades asociadas al tratamiento.

En conclusión, los factores genéticos, el estilo de vida poco saludable, el ambiente, los factores psicológicos y algunos medicamentos, entre otros, influyen en el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas como la obesidad, diabetes tipo 2, dislipidemia y esteatohepatitis no alcohólica. Es importante tomar medidas para prevenir estas enfermedades, incluyendo una dieta saludable, actividad física regular y evitar la exposición a sustancias químicas nocivas en el medio ambiente. Además, si se sospecha que se puede estar en riesgo de desarrollar una enfermedad metabólica, hay que consultar con un profesional de la salud para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.


Fuentes
MedlinePlus es un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. (NLM, por sus siglas en inglés), la biblioteca médica más grande del mundo, y forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. (NIH).
NIDDK es el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales forma parte de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, que a su vez forma parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos.

Artículos científicos
Flegal KM, et al. Trends in obesity among adults in the United States, 2005 to 2014. JAMA. 2016;315(21):2284–2291. DOI: 10.1001/jama.2016.6458.
Liu X, et al. Prevalence and change of central obesity among US Asian adults: NHANES 2011–2014. BMC Public Health. 2017;17(1):678. DOI: 10.1186/s12889-017-4689-6.
St-Onge MP. Sleep-obesity relation: underlying mechanisms and consequences for treatment. Obesity Reviews. 2017;18(suppl 1):34–39. DOI: 10.1111/obr.12499.
Hirshkowitz M, et al. National Sleep Foundation’s updated sleep duration recommendations: final report. Sleep Health. 2015;1(4):233–243. DOI: 10.1016/j.sleh.2015.10.004.

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