El superviviente en investigación


Durante la segunda guerra mundial se encargó a un grupo de estadísticos que analizar los datos de los aviones dañados que regresaban del campo para decidir qué partes del avión debían reforzar. Al observar los planos de los daños sufridos, decidieron que debían proteger las partes de los aviones dañadas con mayor frecuencia. Sin embargo, Abraham Wald, un matemático húngaro indicó que el razonamiento de los estadísticos era incorrecto porque habían estado observando los agujeros en el fuselaje de los aviones que regresaron, y no de los que se perdieron por el fuego enemigo. Esto significa que las áreas más dañadas indican los lugares que mejor resistieron el impacto de bala, porque los aviones impactados en esas zonas sobrevivieron. Por eso, lo que realmente debían identificar y reforzar eran las áreas con menos agujeros del fuselaje o sin ellos, que era donde un impacto debía ser crítico y hacía que estos aviones no regresaran.

 

El sesgo de supervivencia consiste en centrarse en las personas o cosas que superaron el proceso de selección obviando aquellas que no lo consiguieron. Lleva a conclusiones erróneas como ser demasiado optimista ignorando fracasos. Exactamente lo mismo que pasa con los consejos que se dan a científicos sobre sus oportunidades profesionales. Para ser objetivos hay que hablar con los que abandonaron la carrera científica, fallaron en el salto a la industria y se quemaron en los puestos más demandados en empresa, y no solo con los que se quedaron y triunfaron en cualquiera de esas áreas.

El éxito de un científico se debe al trabajo duro, voluntad y capacidad de decisión, pero también es resultado de las circunstancias, la suerte y decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, estos eventos fortuitos y personales no se suelen compartir como recomendaciones a quienes buscan consejo sobre la carrera profesional. Por ejemplo, un error muy común es aconsejar que se trabaje muchas horas y/o hasta tarde a diario porque los investigadores de éxito lo hagan, porque no es indicativo ni necesario para tener éxito.

En el caso de las carreras asociadas a la academia hay muchas situaciones personales que condicionan a los investigadores a seguir un determinado recorrido. Por ejemplo, los jóvenes investigadores (predoctorales y postdoctorales) tienen un salario más bajo que en industria y serias dificultades para conciliar vida y trabajo, por lo que en situación de necesidad económica o complicaciones en la gestión del tiempo, acabarán eligiendo una salida mejor pagada y con un work-life balance más justo, aunque pudieran y quisieran quedarse en academia. Irse al extranjero para conseguir un curriculum internacional depende en gran medida de la situación familiar, pareja y amigos, el apego a estos, la facilidad para mantenerse en contacto, la posibilidad de las parejas o familias para continuar con el trabajo y estudios en el lugar de destino y las capacidades económicas. Por otro lado, los científicos que abandonaron la academia para pasar a carreras alternativas por necesidad, dificultades o algún problema asociado a su experiencia laboral previa, tienen buena consideración y están satisfechos con su nueva profesión. Entrevistar a profesionales en esta situación también conlleva un sesgo de supervivencia ya que el recuerdo de problemas pasados hace que se sobreestimen las bondades de una nueva situación. Por eso, hay que tener en cuenta los motivos que hicieron que muchas personas abandonaran un camino, de la misma forma que se muestra interés en los motivos del éxito de otros.

Si solo quienes sobreviven en una profesión son los ejemplos a seguir o quienes aconsejan a los futuros profesionales, el sesgo de supervivencia se perpetúa en las carreras científicas. Muchos de los que prosperan y alcanzan posiciones de éxito lo lograron gracias a privilegios—educativos, económicos, sociales—y asumen que los que siguen sus pasos se encuentran en situaciones similares, privando de posibilidades de crecimiento a aquellas personas sin esos privilegios. Una de las consecuencias más aterradoras de este sesgo de supervivencia en investigación es el valor que se le da a los resultados negativos, a las respuestas negativas a contratos y denegación de proyectos. Esos obstáculos llevan a muchos profesionales perfectamente válidos a abandonar. Incluso las dificultades económicas, situaciones de acoso, o discriminación llevan a los profesionales en la posición desfavorecida a dejar sus carreras. Mientras tanto, quienes están en situaciones privilegiadas o eran los causantes del acoso o discriminación, mantienen una posición de éxito.

En las posiciones de dirección y responsabilidad es importante recordar que aunque no se haya tenido dificultades, o se hayan superado muchos indicadores de éxito, los que siguen nuestros pasos pueden vivir diferentes realidades. Es importante conocer las dificultades y circunstancias de los profesionales que nos rodean para poder aconsejar y actuar en consecuencia más allá de la propia experiencia, cumpliendo con la labor de mentor y avanzando hacia la reducción de las desigualdades en las carreras científicas.

 

Esta publicación participa en el blog de narrativa científica Café Hypatia en su en su edición de diciembre de 2022 con el tema #PVsesgos

 

 

 

  

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