Enfermedad metabólica hepática por depósito de grasa
¿Qué es la enfermedad por hígado graso?
En condiciones normales, el hígado ayuda a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar las toxinas. Sin embargo, la alteración de estas funciones puede llevar al desarrollo de enfermedades hepáticas. Entre ellas la enfermedad del hígado graso, una afección en la que se acumula grasa en el hígado que puede estar asociada a:
- La interacción entre la genética y ambiente, que determina las posibles alteraciones del metabolismo, problemas de salud, dieta, ejercicio físico y estilo de vida. Esta sería la enfermedad llamada esteatosis hepática metabólica o MASLD (antes llamada enfermedad del hígado graso no alcohólico o EHGNA).
- El consumo excesivo de alcohol en un período que oscila entre semanas y años. También llamada esteatosis hepática alcohólica (EHA), se produce a consecuencia de las alteraciones metabólicas que produce el alcohol.
La MASLD es una forma de enfermedad hepática en la que se acumula grasa en el hígado, pero hay poca o ninguna inflamación ni daño hepático. Sin embargo, esteatosis hepática metabólica o MASLD también incluye formas más graves como la esteatohepatitis metabólica o MASH (antes llamada esteatohepatitis no alcohólica o EHNA), que es la forma de enfermedad del hígado graso no relacionada con el consumo de alcohol en la que el hígado tiene inflamación y daño (lesión en las células hepáticas), además de grasa. La inflamación y el daño hepático de la MASH, pueden causar fibrosis o cicatrización del hígado. Además, las formas más graves de la enfermedad podrían causar cirrosis, que genera cicatrización y daños permanentes en el hígado. La cirrosis se suele considerar un daño irreversible en el hígado y puede desarrollarse en cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular, hepatocarcinoma o CHC), el cáncer de hígado más común.
Progresión de la enfermedad |
¿Es muy frecuente esta enfermedad?
La MASLD
es una de las causas más comunes de enfermedad hepática en los países
occidentales. Los expertos estiman que alrededor de un cuarto de la población
adulta la sufren en los países
occidentales, y entre el 1% y el 7% tienen la forma más grave de la enfermedad (MASH).
Además, se prevé que la MASLD sea la
principal razón para el trasplante de hígado dentro de una década.
Diferencias geográficas en la prevalencia de NAFLD a nivel mundial. |
Se sabe que la MASLD está estrechamente relacionada con las enfermedades metabólicas como la obesidad, dislipidemia, diabetes tipo 2, y síndrome metabólico. Actualmente la obesidad, la diabetes tipo 2 y la MASLD están cobrando cada vez más importancia como inductores de hepatocarcinoma, reemplazando a las que solían ser las causas más comunes, como las enfermedades virales y alcohólicas del hígado. Aunque la cirrosis es el principal factor de riesgo para el cáncer hepático, se han visto casos de desarrollo de hepatocarcinoma en personas con MASLD que no han desarrollado cirrosis. Así, se estima que el 10–20% de personas con MASLD progresan a formas más graves como la MASH. De éstas, un 15–20% desarrollan cirrosis y un 2,8% desarrollan enfermedad hepática terminal. Por lo general, MASLD y MASH suelen ser formas de hígado graso clínicamente silenciosa, con pocos o ningún síntoma. Es posible que el paciente no tenga síntomas incluso si desarrolla cirrosis, o solo sienta molestias abdominales. Por eso, la identificación de pacientes que sufren estas enfermedades presenta serias dificultades de diagnóstico y cribado. El cualquier caso, los médicos se basan en la historia clínica, el examen físico y las pruebas del paciente—analítica de sangre, pruebas por imagen e incluso biopsia del hígado—para diagnosticar la MASLD.
¿Existe tratamiento para el hígado graso?
Los especialistas recomiendan adelgazar como
primer tratamiento para MASLD y MASH. La pérdida de peso podría ser especialmente importante
si el paciente padece uno o varios de los factores de riesgo
metabólico más comunes asociados con el desarrollo y la progresión de la MASLD: sobrepeso u obesidad, diabetes tipo 2 y/o dislipidemia. Se sabe que adelgazar puede reducir la grasa, la
inflamación y la fibrosis o cicatrización en el hígado. Además, mantenerse
físicamente activo puede mejorar la MASLD. Para
seguir un tratamiento de modificación de los estilos de vida es fundamental
contar con un equipo de especialistas con experiencia en dietética y nutrición,
actividad física y medicina interna.
Los complejos mecanismos subyacentes a las
enfermedades por hígado graso han influido en la dificultad para encontrar un
tratamiento farmacológico eficaz y seguro. Todavía no hay
medicamentos aprobados para tratar la MASLD ni la MASH. Sin
embargo, los investigadores están realizando estudios para desarrollar nuevos
medicamentos que podrían mejorar estas afecciones. Las formas irreversibles de
enfermedad hepática derivada del hígado graso son enfermedades terminales del
hígado y se suelen tratar con medicamentos para frenar su evolución,
operaciones y otros procedimientos médicos. Si la cirrosis conduce a
insuficiencia hepática o a hepatocarcinoma, es posible que el paciente necesite
un trasplante de hígado para restaurar su salud.
Actualmente la supervivencia de los pacientes es muy reducida y existe una necesidad urgente de desarrollar fármacos para esta afección. Para lograr este objetivo, primero es preciso estudiar al detalle la MASLD y su progreso a formas más graves como la MASH, cirrosis y hepatocarcinoma. Asimismo, es importante conocer la relación entre el hígado graso y otras enfermedades metabólicas que puedan agravar el estado de salud del paciente.
Video from the Osmosis.org learning platform
Fuentes
MedlinePlus es un servicio de la Biblioteca
Nacional de Medicina de EE. UU. (NLM, por sus siglas en inglés), la biblioteca
médica más grande del mundo, y forma parte de los Institutos Nacionales de la
Salud de EE. UU. (NIH).
NIDDK es el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales forma parte de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, que a su vez forma parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Artículos científicos
Younossi ZM, Koenig
AB, Abdelatif D, Fazel Y, Henry L, Wymer M. Global epidemiology of nonalcoholic
fatty liver disease—meta-analytic assessment of prevalence, incidence, and
outcomes. Hepatology. 2016;64(1):73–84. doi:10.1002/hep.28431
Cotter TG, Rinella M.
Nonalcoholic fatty liver disease 2020: the state of the disease.
Gastroenterology. 2020;158(7):1851–1864. doi:10.1053/j.gastro.2020.01.052
Machado M,
Marques-Vidal P, Cortez-Pinto H. Hepatic histology in obese patients undergoing
bariatric surgery. Journal of Hepatology. 2006;45(4):600–606. doi: 10.1016/j.jhep.2006.06.013.
Marengo, A., Rosso,
C., and Bugianesi, E. Liver cancer: Connections with obesity, fatty
liver, and cirrhosis. Annu. Rev. Med. 2016;67, 103–117.
doi:10.1146/annurev-med-090514-013832.
Schwimmer JB, Deutsch
R, Kahen T, Lavine JE, Stanley C, Behling C. Prevalence of fatty liver in
children and adolescents. Pediatrics.
2006;118(4):1388–1393. doi: 10.1542/peds.2006-1212
Chalasani N, Younossi Z, Lavine JE, et al. The diagnosis and management of nonalcoholic
fatty liver disease: practice guidance from the American Association for the
Study of Liver Diseases. Hepatology. 2018;67(1):328–357. doi:10.1002/hep.29367
Golabi P, Paik J,
Hwang JP, Wang S, Lee HM, Younossi ZM. Prevalence and outcomes of non-alcoholic
fatty liver disease (NAFLD) among Asian American adults in the United States. Liver International. 2019;39(4):748–757. doi:10.1111/liv.14038
Comentarios
Publicar un comentario
Si deseas recibir más información sobre mi proyecto, tienes sugerencias o comentarios acerca del blog ¡no dudes en escribirme! estaré encantada de resolver todas tus dudas.